¿Que es una teoría Pedagógica?
Considerando el concepto de teoría y de Pedagogía pudiera
decirse que se define como teoría pedagógica al conjunto de conceptos,
definiciones, proposiciones, enunciados, principios que interrelacionados
permiten explicar y comprender lo pedagógico, es decir, todo lo relacionado a la
formación, la enseñanza, el aprendizaje, el currículo y la organización
escolar.
Más, si se asume la concepción de Lakatos (1978), por ejemplo,
se puede definir la teoría pedagógica como estructuras de pensamiento
constituidos por valores, creencias y supuestos que le permiten al profesor
interpretar situaciones, conceptuar su experiencia, sistematizarla,
investigarla, transformarla y construir la praxis pedagógica, contribuyendo a
enriquecer la teoría y el discurso pedagógico. Se asume como praxis pedagógica,
en el sentido que la expone Vasco (1980) como la reflexión sobre la práctica.
Siendo así, la teoría pedagógica estaría en constante, construcción,
reconstrucción, y reconstrucción a la luz de los aportes de otras ciencias, de
las nuevas teorías pedagógicas y de sus implicaciones prácticas.
En otros términos, la teoría pedagógica es el marco de
pensamiento compuesto por valores, creencias y supuestos básicos, que le
permiten al docente comprender, dirigir, repensar y transformar las acciones que
contribuyen a que los seres humanos eleven sus niveles intelectivos y adquieran
las herramientas que en un futuro les permitirán asumir su vida en forma
consciente y libre.
Ahora bien, luego de esta precisión conceptual, se puede
proceder a precisar de manera más puntual la importancia de la teoría
pedagógica.
Importancia de la teoría pedagógica
En este sentido, se responde a las interrogantes del por qué de
la teoría pedagógica. Pudiera iniciarse esta disertación señalando al igual que
Vivas (1997), que una teoría pedagógica definida permite a los profesores
penetrar en la complejidad de lo pedagógico y entender el proceso en el que se
efectúa en el aula, sino que les permite apreciar las relaciones del proceso de
formación humana con el contexto y, por ende, estar consciente de las
influencias de lo político, lo histórico, lo filosófico, lo sociológico, etc.,
aspectos que se conjugan, brindando al profesorado diafanidad, congruencia y
sentido a sus acciones. De esta manera, un profesor, ante la interrogante de
¿por qué hace lo que hace? No responde de forma empírica, fundamentando su hacer
en lo que él cree y piensa hasta ese momento, sin niveles de reflexión profunda
y sin considerar lo que aporta la ciencia pedagógica actual o del pasado. Todo
lo contrario, lo ideal es que responda como todo un intelectual, fundamentando
su hacer en un marco de pensamiento producto de una constante reflexión y
revisión sistemática, a la luz de los aportes científicos actualizados en el
campo pedagógico.
Así, una teoría pedagógica coadyuva al crecimiento profesional
y personal, pues proporciona los elementos que permitirán desarrollar una
práctica más científica, en el sentido de someterla a un proceso indagativo
constante. De esa manera, los profesores confirman, fortalecen o transforman sus
postulados, a la vez, que reorientan y transforman su acción, tanto en el marco
de los paradigmas vigentes como en los resultados de su quehacer docente, dando
carácter científico a su actividad cotidiana como es: la enseñanza. Ello,
además, despojándolo de su condición proletaria, que los sumerge en un
activismo, en un mero hacer en función de un salario, sin tener conciencia de la
trascendencia histórica de su papel en el desarrollo de los pueblos.
Como se puede apreciar, la apropiación de teorías pedagógicas
permite a los profesores hacer consciente lo cotidiano, pues, detrás de cada
acción hay un trasfondo, el pensamiento, el cual, nos orienta una determinada
manera de hacer las cosas, que para el caso de la Pedagogía, lamentablemente, ha
estado signada por la tradición. Una tradición que se ha quedado muy apegada, de
manera acrítica, al hacer, producto del desencuentro entre las teorías
pedagógicas científicas, la realidad de las aulas y de las organizaciones
escolares. Por tanto, se pudiera decir que, el consolidad una teoría pedagógica
puede devenir en acciones de enseñanza más efectivas.
En otros términos, una teoría pedagógica evita a los profesores
caer en dogmatismos y loes permite darse cuenta que los problemas relacionados
con la formación, la enseñanza, el aprendizaje, así como la gestión y el
desarrollo del currículo y las instituciones educativas. Ello no es cuestión de
recetas, sino de la comprensión que se tenga del hombre, de los procesos y los
aspectos inmersos en su formación e incluso, de una concepción del mundo. Es
decir, que lo pedagógico no acepta descripciones mecanizadas e irreflexivas. Por
eso, cuando se aborda lo referente a la teoría pedagógica, no se alude a teoría
acabada, sino más bien a una teoría en constante reconstrucción a la luz de los
aportes de otras ciencias, de las nuevas tendencias pedagógicas y de sus
implicaciones prácticas.